domingo, 11 de diciembre de 2011

Violación, tortura y asesinato de niña indígena y 10 jóvenes por la herramienta paramilitar, complicidad policial.

"aberrante operación de estrategias paramilitares en el municipio de Puerto Caicedo y Puerto Asís con conocimiento y consentimiento de la policía de Putumayo, agentes de la SIJIN, en desarrollo de las fases de control social territorial en áreas que son parte de la implementación del Plan Colombia. (...) Nuestra Constancia Ética ante la evidente complicidad de la fuerza pública en el accionar paramilitar que nuevamente ha definido como blanco de sus actuaciones criminales a niñas y jóvenes, que están obligando a una nueva fase de desplazamiento forzado a otras regiones del país, oleada en la que se han producido por lo menos 10 asesinatos."


La Herramienta paramilitar asesina a jóvenes en Puerto Asís, además viola y asesina a niña indígena Sibundoy

Comisión Intereclesial Justicia y Paz informe diciembre/ contexto Apc 
INFORME PUTUMAYO
1. La herramienta paramilitar asesina a jóvenes en Caicedo y Puerto Asís, además viola y asesina a niña indígena Sibundoy
Sábado 3 de diciembre de 2011
Más de 10 jóvenes han sido asesinados en las últimas dos semanas por paramilitares en puerto Caicedo y Puerto Asís.
Paramilitares anunciaron a los pobladores que iban a "limpiar" lo barrios de los indeseable y la podredumbre. El 9 de noviembre fue secuestrada una niña indígena en Sibundoy, dos días después su cuerpo fue hallado sin vida, con signos de tortura y de haber sido accedida sexualmente, fue denunciado por los pobladores.
A mediados de mes, seis jóvenes fueron atacados con armas de fuego por paramilitares en Puerto Asís y cuatro más asesinados en Puerto Caicedo
En este municipio dos jóvenes indígenas fueron abordados por paramilitares, Jhon Ríos, fue asesinado, mientra David Trochez, logró salvarse.
Los paramilitares y agentes de la policía manifestaron a los pobladores que se habían equivocado, que él que debía ser asesinado era David.
De acuerdo con testigos la planeación de estos crímenes se realiza desde una hacienda ubicada a 5 minutos del fuerte militar que se encuentra en Santa Ana.
las autoridades no reaccionan y son cómplices, denuncian sus habitantes, "ellos son la ley no hay nada que hacer"
Bogotá, D.C
2 de diciembre 2011
Comisión Intereclesial de Justicia y Paz

CONTEXTO: 
¿Qué es el paramilitarismo?
El paramilitarismo es una herramienta del gran capital articulada desde el mismo estado colombiano, usada para eliminar a la oposición política, para cometer masacres abominables con la finalidad de callar reivindicaciones sociales y desplazar masivas cantidades de personas mediante la inyección de terror. Los desplazamientos masivos de personas son perpetrados para beneficio del gran capital nacional y transnacional que acapara las tierras despojadas a las comunidades campesinas; por ello las zonas más ricas y codiciadas sufren atroces masacres de la herramienta paramilitar en connivencia y coordinación con el ejército y la fuerza pública. Hoy en día este mecanismo de terror, desplazamiento y despojo para beneficio del gran capital es muy tangible en las zonas auríferas de Colombia, por ejemplo.
El accionar de la herramienta paramilitar es sembrar terror y sus métodos son de barbarie extrema; su función es eliminar la oposición política, eliminar la reivindicación social, desarticular los procesos organizativos populares, y aplicar un control social funcional a los intereses del gran capital. Es una creación de la oligarquía y del gran capital para contrarrestar los descontentos sociales y para perpetuar el despojo; no es, como busca incesantemente presentarla la propaganda mediática de sus mismos creadores, un “fenómeno de surgimiento espontáneo”; no, esa es la legitimación de un aparato genocida, una legitimación que buscan inyectar sus mismos creadores. Evidentemente el surgimiento no es “espontáneo” sino planificado y teorizado en las altas esferas del poder, un surgimiento, desarrollo y permanencia funcional al gran capital: no son “Autodefensas”,  como buscaron hacerlo creer mediante la propaganda de los mass-media y la nominación de varios grupos con nombres como  “Autodefensas Unidas de Colombia, AUC  ”; y tampoco son meras    “Bandas Criminales- BACRIM  ” como busca hacerlo creer la propaganda del régimen de Santos en la actualidad: no son ni      “autodefensas”      ni tampoco simples      “bandas criminales  ”: son  ejércitos de mercenarios que obedecen a sus creadores, y que permiten la acumulación de tierras y capital en pocas manos, con una definitiva e imprescindible articulación a la fuerza pública. Estas estructuras mercenarias que aplican el terror son adiestradas en el más rancio anti-comunismo y bendecidas por eclesiásticos funcionales al terror. El control social de ejerce en torno a valores fascistas en amplias regiones del país, para cortar de cuajo el surgimiento de la reivindicación social. La doble moral católica en la herramienta paramilitar alcanza su paroxismo: castigan a las mujeres por  ‘llevar faldas cortas’  o por 'sonreír demasiado'  pero en cambio no tienen ningún escrúpulo en violar mujeres y niñas como forma de inyectar el terror, llegando a tener los jefes paramilitares hasta 50 niñas menores de 15 años violadas y dispuestas en esclavitud sexual, como lo testimoniaron las víctimas del Jefe paramilitar alias  El Patrón  (1).
La herramienta paramilitar del gran capital se encuentra planteada en los manuales militares. Su articulación al estado se da como estrategia contra-insurgente y en el marco de la teoría militar del  “enemigo interno”      que concibe a la población como el "enemigo"      y busca "quitarle el agua al pez", en el entendido de que el  pez  es la insurgencia popular, y elagua  es el apoyo de la población civil a la insurgencia. Esta doctrina de  "quitarle el agua al pez"  es la que aplicaron los EEUU contra el pueblo de Vietnam y es la misma que sustenta el terrorismo de estado que se ha venido aplicando en países como Colombia o Guatemala, por citar solo dos casos. La doctrina del “enemigo interno” fue inculcada desde los formadores estadounidenses a las fuerzas militares colombianas que bajo estos lineamientos implementan la estrategia paramilitar para eliminar el apoyo popular a la insurgencia mediante la inyección de miedo, el desplazamiento poblacional, y el control social. Su financiación es dada por el gran capital, las multinacionales, terratenientes ganaderos, terratenientes del narcotráfico, y latifundio en general; aunado a lo anterior, del presupuesto de la fuerza pública y de los "apoyos" militares de EEUU reciben insumos de guerra y fondos, aunque obviamente esto último no debe constar en libros de cuentas, dado que la estrategia paramilitar del estado tiene como uno de sus principales objetivos poder ejercer masacres contra la población civil, a la vez que se aduce que  “no fue la fuerza pública, sino los paramilitares”  . Y bajo la modalidad de esa larga estafa el régimen continúa la práctica del exterminio contra el pueblo. Los documentos y testimonios de víctimas sobre la absoluta connivencia del paramilitarismo con la fuerza pública y las autoridades son más que abundantes. Pero la “democracia” colombiana con eje paramilitar sigue impune. 
3.  La perversión mediática de conjugar la barbarie al pasado cuando la herramienta paramilitar sigue impune y en funciones
Empiezan a surgir algunos materiales, bien sea testimonios, confesiones de paramilitares, reportajes, sobre la barbarie paramilitar: lamentablemente el tratamiento que dan los mass-media a estas necesarias informaciones sobre el grado de barbarie de la herramienta paramilitar lleva casi siempre un elemento perverso de desinformación y manipulación, que muchas veces hasta los medios alternativos repiten por inercia: los mass-media buscan presentar la barbarie conjugada al pasado, cuando la realidad es que el paramilitarismo sigue activo, y se ha acrecentado. Se ha establecido el lugar común que va en contra de la realidad objetiva de que:  “sí, los tiempos de Uribe eran muy malos, lo que pasó fue terrible”  ; y si bien  ‘los tiempos de Uribe’  fueron efectivamente atroces, y lo que pasó fue terrible, lo que hay que precisar es que esos ‘tiempos’ de barbarie  siguen vigentes, y la atrocidad sigue pasando  . Por lo tanto  hay una perversa estrategia mediática ante la imposibilidad de ocultar la magnitud del genocidio, que consiste en conjugar la realidad al pasado, mientras las masacres, barbarie y control social continúan en el presente  .
Es indispensable precisar la permanencia en la actualidad de la herramienta paramilitar como lo denuncian los hechos, las comunidades y las víctimas. El último informe del Indepaz, de noviembre 2011 arroja que los paramilitares operan e instauran el control social en 347 municipios, de 31 departamentos de Colombia, un territorio mayor al del año anterior.
Como bien lo expresa la investigadora Azalea Robles:
“Ahora al paramilitarismo ya no se le llama “paramilitarismo” en los mass-media: los tanques de propaganda buscan imponer un nombre eufemístico, en el país de los eufemismos: la herramienta paramilitar es bautizada con el nombre de BACRIM (bandas criminales), esto con la idea de reforzar el concepto de “bandas” que actuarían desordenadamente y de manera autónoma, por oposición a su realidad de ejército de mercenarios organizados bajo los lineamientos de adelantar una guerra sucia planificada contra la población, con el financiamiento del gran capital y la coordinación del ejército nacional, y todo según la doctrina del “enemigo interno”.
En Colombia la constante es el rebautizo, la pantomima, la máscara, el manoseo y la prostitución de la palabra paz… Y así como se le cambia de nombre a una herramienta del terror mientras sigue activa, de la misma manera buscan hacernos creer que “hay un aire nuevo con la nueva presidencia”, mientras siguen profundizando la entrega del país a multinacionales con las consecuencias de empobrecimiento y guerra sin fin que esto significa.”

NOTAS:
(1) 50 niñas violadas por paramilitar "El Patrón" y el Parque Tayrona:  Infancias molidas en grandes negocios



Violación, tortura y asesinato de niña indígena y 10 jóvenes por la herramienta paramilitar, complicidad policial.

por Comisión Intereclesial de Justicia y Paz

PUTUMAYO
Viernes 9 de diciembre de 2011
CONSTANCIA 09122011

Violación, tortura y asesinato de niña indígena Kamëntsä en el Valle de Sibundoy; persecución y asesinato por parte de paramilitares a jóvenes en Puerto Caicedo y Puerto Asís


Cuando los poderosos (Herodes) se enteraron que lo habían burlado de su poder, este se enfureció terriblemente y envió a sus soldados a matar a todos los niños, a fin de eliminar entre ellos a Jesús.  (Mt 2,1-18).
Nuestra Constancia Histórica y Censura Ética ante la aberrante operación de estrategias paramilitares en el municipio de Puerto Caicedo y Puerto Asís con conocimiento y consentimiento de la policía de Putumayo, agentes de la SIJIN, en desarrollo de las fases de control social territorial en áreas que son parte de la implementación del Plan Colombia.
Los atentados a niñas y niños, jóvenes de estos municipios se planifican desde una propiedad ubicada a pocos minutos de una de las sedes militares con mayor apoyo financiero y logístico, y han ocurrido con un efecto de terror sobre las familias, los habitantes de los barrios que ha generado el silenciamiento, la huida y el desplazamiento. Las operaciones represivas de tipo clandestino se desarrollan en una fase de la estrategia paramilitar de control social que pretende posicionar como los guardianes de la “buena moral” y de las “buenas costumbres”, y con las que se pretende confundir a la población y aleccionar moralmente.
Las mismas estructuras armadas controlan la vida social y el tráfico de sustancias alucinógenas y psicotrópicas que se consumen en estas localidades, controlan los sitios de expendio y definen los lugares de consumo. Al mismo tiempo, son los que definen el mercado sexual, en el que involucran niñas y jóvenes, bajo la modalidad de pre pagos, las que ofrecen a adultos que integran sectores de poder en todos los ámbitos en el departamento Ante ustedes nuestra fundamentación fáctica en medio de un ambiente de terror, de silencio, de absoluta desconfianza ante las instancias que deben proveer garantías para la vida y la justicia
*Miércoles 9 de noviembre, HORA EN Q SOLIA LLEGAR A SU CASA en hora de la tarde, familiares de PAOLA ACOSTA JAMIOY, indígena Kamëntsä de la comunidad de Sotanjoy, de 12 años, se preocuparon porque extrañamente, ella no arribó a la casa como era su costumbre. De acuerdo con testigos, la estudiante de la Escuela Fray Bartolomé en Sibundoy, bajó del bus de transporte escolar en la carretera que conduce a las veredas Machindinoy y Sotanjoy desde el cuál caminaba habitualmente a su comunidad. Todas estas comunidades hacen parte del resguardo de Sibundoy.
Hacia las 4:00 p.m. se inició su búsqueda.
*Jueves 10 de noviembre, en horas de la mañana el cuerpo sin vida de la niña indígena PAOLA ACOSTA JAMIOY, fue hallada dentro de una plantación de fríjoles, cerca del camino hacia su comunidad. De acuerdo con testigos presentaban signos de haber sido abusada sexualmente, torturada, sus manos estaban atadas con alambre de púa, y ahorcada con un bejuco.
*Viernes 11 de noviembre  a las 11:00 a.m. en medio de una expresión ciudadana de rechazo a esta multiplicidad de crímenes en una niña indígena, se conoció que los paramilitares habían anunciado días atrás operaciones de asesinatos contra niños y jóvenes hombres y mujeres, a quienes consideran “desechables” o de “conductas reprochables” y que deben ser eliminados En la segunda semana de noviembre diversas fuentes señalaron que cuatro jóvenes fueron asesinados por paramilitares en Puerto Caicedo. De acuerdo con los familiares de las víctimas, los paramilitares han manifestado que tienen una lista con el nombre de jóvenes que deben ser asesinados en Puerto Caicedo, ya que están “limpiando” de delincuentes y drogadictos.
*Martes 15 de noviembre  hacia las 11:00 p.m. integrantes de grupos paramilitares en el barrio Acevedo de Puerto Asís, dispararon indiscriminadamente con seis jóvenes, que quedaron gravemente heridos.
Las víctimas fueron JARRISON OSORIO, de 16 años de edad; GERALDINE PENAGOS, de 16 años; CAMILO VALLEJO, de 13 años de edad; RICHARD ORLANDO ROJAS, de 17 años de edad; JULIÁN PIEDRAHITA, de 17 años de edad; JESICA ALEXANDRA REYES, de 17 años de edad.
*Jueves 17 de noviembre  hacia las 12:00 p.m. paramilitares asesinaron a dos jóvenes, entre ellos un indígena del Pueblo Nasa, en el río San Juan Vides, en el municipio de Puerto Caicedo. Los paramilitares dispararon en tres ocasiones contra JHON ALEXANDER RÍOS TROCHEZ, de 14 años de edad, de la comunidad Tata Wala y en 14 ocasiones contra FERNANDO RAMÍREZ en su cabeza.
Días después, los paramilitares hicieron conocer a través de interpuestas personas que el asesinato de JHON ALEXANDER fue un error, pues debían haber matado su primo DAVID ALAIN TROCHEZ QUITUMBO, de 15 años. Agregaron que si lo encontraban lo harían “picadillo”
*Viernes 18 de noviembre  hacia las 9:30 p.m. la Gobernadora del Cabildo indígena ante las amenazas de muerte contra DAVID, en compañía de un sacerdote, se dirigió hacia la Estación de Policía para pedir protección del niño. El comandante respondió afirmado que a quién iban a proteger - si a él, ya lo mataron-.
De acuerdo con testigos, agentes de la SIJIN manifestaron a la familia que: “La muerte no era para JOHN, si no para DAVID”. Agregaron que les iban a dar a todos los que consumieras marihuana. Un integrante de la SIJIN, ante la noticia de que David no había sido asesinado exclamó con extrañeza: “¿Cómo que no está muerto? En horas de la noche, la casa cabildo y lugar de habitación de DAVID, se encontraba rodeada por sujetos desconocidos..
Hacia las 10:00 p.m., mientras el niño, junto con su acompañante, era entrevistado por una funcionaria de la Comisaría de Familia, dentro de las instalaciones de la Estación de Policía, llegaron los dos paramilitares que DAVID, observó que asesinaron a los dos jóvenes. Inmediatamente un funcionario de la SIJIN apagó las luces del lugar en donde se hallaban, la funcionaria les indicó que se tiraran al piso y permanecieran allí sentados.
Durante varios minutos, los dos sujetos estuvieron dialogando con funcionarios de la SIJIN; luego se marcharon. Uno de los miembros de la SIJIN ingresó al lugar en donde se hallaba DAVID, sosteniendo que los habían capturado alrededor del cabildo. El agente le mostró fotos a DAVID, preguntando, si eran los sujetos que él había visto.
*Domingo 20 de noviembre  a las 3:00 p.m. agentes de la SIJIN llegaron hasta la casa de un familiar de DAVID preguntando por su ubicación. Ante el riesgo inminente contra la vida de este niño este se desplazó forzadamente de la región.
*Domingo 20 de noviembre, a las 6:00 a.m. en Sibundoy , fue hallado el cuerpo sin vida del indígena Kamëntsä, HIGIDIO MUCHAVISOY, de 20 años de edad, padre de dos niños.
*  Lunes 5 de diciembre  en horas de la mañana nuestra Comisión de Justicia y Paz en Bogotá recibió de un testigo, que exigió absoluta reserva de su nombre, acerca de las operaciones paramilitares contra los jóvenes. De acuerdo con esta fuente, los paramilitares están al mando de un alias Matasiete. Se centro de operaciones, de planeación, de protección y de bodega de algunos armamentos es la hacienda Neverland, ubicada en la vía Puerto Caicedo – Puerto Asís, a 5 minutos de la Base Militar de Santa Ana.
Nuestra Constancia Ética ante la evidente complicidad de la fuerza pública en el accionar paramilitar que nuevamente ha definido como blanco de sus actuaciones criminales a niñas y jóvenes, que están obligando a una nueva fase de desplazamiento forzado a otras regiones del país, oleada en la que se han producido por lo menos 10 asesinatos.
Nuestra Constancia Ética ante estos crímenes, amenazas, violaciones que suceden a manos de grupos de la estrategia paramilitar que continúan operando a plena luz del día, vestidos de civil, con armas cortas y que se cruzan en frente de todas las autoridades, ante la mirada silenciada por el terror de la población, que continúa siendo víctimas de sus operaciones psicológicas, de presión, de hostigamiento y de la comisión de daños irreparables a la vida e integridad de niñas, niños, y jóvenes que son parte de las víctimas inocentes, habitantes de sectores marginales, excluidos de un sistema económico estructuralmente injusto.
¿Cómo puede esto seguir ocurriendo cuando institucionalmente se afirma que el paramilitarismo no existe? Es evidente que son cotidianas las operaciones policiales y militares, los retenes y requisas de pasajeros y vehículos dentro y fuera de Puerto Caicedo y Puerto Asís, en una región con tres batallones del ejército nacional, y dos estaciones de Policía Nacional y una de Policía de Carabineros, así como unidades de la Fiscalía, SIJIN ( Seccional de Investigación Judicial), y DIJIN (Dirección Central de Policía Judicial e Inteligencia)? Ante estos graves crímenes, nuestra Constancia y Censura Ética, pues algunos de estos daños irreparables a la vida e integridad de los habitantes de Putumayo, del Pueblo Nasa y Pueblo Kamëntsä se atribuyen a estructuras paramilitares, que a pesar de la desmovilización se encuentran vigentes, con nuevas modalidades de actuación.
Estos crímenes resultan dolorosos no solo para las comunidades sino para la humanidad, que nuevamente constata que los crímenes encubiertos o bajo ropajes clandestinos, continúan produciéndose en medio de la altísima militarización y presencia policial en Putumayo. La ausencia de una auténtica desmovilización paramilitar, la reingeniería de esta criminalidad queda en evidencia. Los resultados de enfrentamiento a lo paramilitar son formales, no reales, la imagen de restitución del Estado de Derecho, es verbal y de papel para los habitantes urbanos y rurales, que ven como sus hijos son asesinados u obligados al exilio.
Estos atentados y asesinatos, las amenazas y el cinismo de la actuación institucional evidencian la gravedad de lo que sucede en Putumayo.
No podemos esperar que nuestra Censura Ética evite la repetición de nuevos crímenes contra jóvenes, niños y niñas. Solamente esperamos, que la solidaridad internacional tal vez, lleva que las formas institucionales, alguna vez actúen a favor de la vida y de la justicia. Los hechos similares de los que hemos dejados Constancia en 2008 y 2009, solo han sido papeles que pasan de una oficina a otra, todo es absoluta impunidad.
Por eso tal vez, estas muertes injustas, estas muertes sean para la comunidad internacional y la solidaridad internacional un llamado para que cese una ayuda militar y policial, que solo está posibilitando la toma de la criminalidad del Estado formal de derecho en el Putumayo. Pues los niños y los jóvenes las futuras generaciones no pueden seguir heredando la impunidad, el silencio, el olvido y el exilio como su única posibilidad de existencia en el país Con profunda preocupación.
Comisión Intereclesial de Justicia y Paz

sábado, 10 de diciembre de 2011

Fracaso de la Marcha Colombiana por la Guerra Sucia, golpe político al militarismo

Fracaso de la Marcha Colombiana por la Guerra Sucia, golpe político al militarismo

por José Antonio Gutiérrez D.

Dice un proverbio popular que se puede engañar a muchos por poco tiempo, o a pocos por mucho tiempo. Pero que no puede engañarse a muchos por mucho tiempo. El fracaso rotundo de la iniciativa de movilización contra las FARC-EP estimulada por el gobierno y el bloque dominante colombiano, confirman que el embrujo autoritario que ha dominado la política colombiana por casi una década ha comenzado a desvanecerse.

La Marcha de la Guerra Sucia ¿reacción espontánea de la “sociedad civil”?

Esta movilización fue convocada tras el fallido rescate militar en el que murieron cuatro uniformados en poder de esta organización insurgente en circunstancias que aún no han sido investigadas de manera imparcial e independiente. Este fallido rescate militar, además, ocurrió en momentos en que estos uniformados serían liberados de manera unilateral por parte de los rebeldes[1]. El gobierno, como una manera de evadir la responsabilidad que le cabe en esta fallida e irresponsable acción militar, que frustró la inminente liberación, buscó movilizar a la población colombiana en contra de la organización guerrillera. Del llamado del gobierno se hicieron eco inmediatamente los principales grupos económicos del país y por supuesto, los principales medios de comunicación (El Espectador, El Colombiano, El Tiempo, Caracol, RCN) que se caracterizan por su falta de independencia y su servilismo a las políticas del gobierno. También se sumaron ultraderechistas y proto-fascistas de ultratumba como “Colombia soy Yo”. La propaganda fue asfixiante, día y noche, y recordó a la que se vivió los días previos a la movilización contra las FARC-EP del 4 de Febrero del 2008. Un rol importante en la convocatoria lo tuvieron los columnistas de opinión supuestamente de izquierda “progresista”, esa socialbacanería arrodillada ante la mentada “unidad nacional” de Santos que se han convertido en los apologistas de ultima hora más entusiastas del neoliberalismo armado[2]. Lamentable también fue el apoyo dado a la marcha por Clara López, alcaldesa mayor de Bogotá, representante del alicaído partido izquierdista Polo Democrático Alternativo, pues contribuyó al confusionismo político en momentos en que más se precisa de claridad.

¿Qué buscaba el gobierno con esta movilización, aparte de evadir su responsabilidad ante el dramático resultado de su aventurerismo bélico?

  • Por una parte, se buscaba distraer al pueblo del creciente malestar social que se expande por todo el territorio nacional y que se ha expresado en importantes movilizaciones populares como las de campesinos, petroleros, trabajadores de los biocombustibles y estudiantes.
  • Sin embargo, lo más importante, para el gobierno erabuscar movilizar apoyo popular de masas para la escalada militarista que se viene en el conflicto. La última semana de Noviembre el gobierno estaba anunciando un incremento importante en el pie de fuerza del Ejército para lo que llamaban la “fase final del conflicto”[3], decretado aún borrachos de triunfalismo sobre la sangre caliente del máximo jefe de las FARC-EP, Alfonso Cano, asesinado el 4 de Noviembre.

6 de Diciembre: Plebsicito para Profudizar la Guerra Sucia y el Neoliberalismo Armado

Si la insurgencia está tan debilitada, ¿por qué es necesario ampliar de manera tan importante el poderío bélico del Estado? ¿Cuál es la urgencia por lanzar una ofensiva militar tan letal?

La necesidad de esta nueva fase militar va de la mano de la aprobación del Tratado de Libre Comercio con los EEUU y del Plan de Desarrollo Nacional, anclado en las “locomotoras santistas”, fundamentalmente las actividades extractivo-mineras y la agroindustria. Estas actividades requieren despejar importantes áreas del territorio colombiano para la operación de las empresas transnacionales y para la penetración de estas actividades, desplazando a quienes vivan en áreas de interés económico para el gran Capital. Es decir, estamos asistiendo en estos momentos a una profundización inédita del tradicional patrón colombiano de (sub)desarrollo económico por despojo violento[4].

Este modelo económico está en la base del conflicto social y armado que azota a Colombia por más de seis décadas. De la mano de la “confianza inversionista”, ahora viene el concepto de “prosperidad democrática”, que se traduce en el enriquecimiento ilimitado del gran Capital nacional e internacional, mediante la ampliación por la vía militar de la frontera del control estatal. Esta acción militar es imprescindible para quebrar la resistencia de las comunidades en contra del despojo (una de cuyas múltiples expresiones ha sido históricamente la insurgencia), para profundizar la privatización de los servicios y recursos, para permitir la penetración de inversiones que destruyen el tejido social y el medio ambiente. La naturaleza real de esta acción que combina la política militar contrainsurgente, la “mano negra” paramilitar y la presión económica-mafiosa, para desplazar las comunidades y destruir los tejidos sociales se puede apreciar de manera clara en las llamadas zonas de consolidación: “buena parte de la expansión paramilitar se está dando en zonas de ‘consolidación’ o de fuerte presencia de la fuerza pública. (…) (E)n el primer semestre del 2011, según (…) informaciones parciales y preliminares, se habría desplazado a unas 89.750 personas, de ellas el 28% provendrían de las zonas de consolidación territorial del Estado, lo cual es coincidente, grosso modo, con las cifras globales de desplazamiento de 2010, que indicarían un 33% de desplazamiento de las zonas de consolidación. Este desplazamiento va de la mano (…) de las “locomotoras”, de los megaproyectos, del agronegocio, del latifundio, de la palma, del caucho, de la minería[5]Ese es el verdadero espejo de la guerra en Colombia.

Para validar ante la población este inmenso despliegue guerrerista, esta política de guerra sucia y tierra arrasada, y las atrocidades que se vienen para impulsar este modelo de neoliberalismo armado, es que se convocó a la movilización del 6 de Diciembre.

Agotamiento político de la “solución militar” y aislamiento del bloque dominante

La marcha, sin embargo, resultó ser un fiasco total, pese a la unidad de prácticamente todos los sectores políticos (desde la derecha de ultratumba hasta importantes sectores de la “izquierda democrática”), de los medios y el respaldo de no pocos representantes de la llamada “sociedad civil”. La convocatoria fue penosa: en Bogotá no se pasó de más de 5.000 personas y la movilización fue caracterizada por mensajes encontrados –algunos que reclamaban por la solución política, mientras la mayoría de los participantes eran prueba viva de los peor de un ultraderechismo furibundo, que con espuma en la boca, gritaban por la crucifixión de Iván Cepeda o Piedad Córdoba, pedían más bombardeos y plomo para las “ratas guerrilleras”. En verdad esto era una clara muestra del legado de odio e irracionalidad de la “seguridad democrática”. En el resto del país no fueron más que grupitos de decenas o a lo más cien personas marchando, la mayoría uniformados de civil o a veces hasta con el uniforme. Fue tal el desespero que el mismo presidente Santos tuvo que llamar, en vano, a las personas a abandonar sus oficinas y sus hogares para unirse a la marcha[6].

¿Qué factores estuvieron en juego para el estrepitoso fracaso de la marcha de la guerra? Los medios, que de manera tan estridente azuzaron todos los odios, todos los prejuicios, todas las bajas pasiones, con tal de hacer propaganda para la “marcha de la guerra”, han guardado un prudente silencio y no han evaluado las razones detrás de este fracaso[7]. Parece claro que el odio intolerante del cual se alimenta la política proto-fascista impuesta a sangre y fuego en Colombia desde el Plan Colombia ya no convence al sector del cual se nutrió el 4 de Febrero del 2008: las clases medias enardecidas en los grandes centros urbanos. Mucho menos a las masas populares urbanas, y aún menos a las masas campesinas, que al vivir el conflicto en carne propia, han sido casi impermeables al discurso uribo-santista de profundizar la guerra total. Este desgaste no es nuevo y se estaba gestando ya en la fase final del gobierno de Uribe Vélez –de hecho, el lenguaje edulcorado del “santismo”, que hace referencias retóricas a la negociación política y a temas relativos a los derechos humanos mientras en la prácitca profundiza el modelo militarista de Uribe, es en parte reflejo de este desgaste. Pero la retórica santista, aún cuando esté en contradicción abierta con su práctica (donde aumentan las violaciones de todo tipo), genera expectativas en sectores de la población. Esas expectativas, por ingenuas que sean, fueron violentadas con el lenguaje franco y belicista del establecimiento en las últimas semanas y con la convocatoria polarizadora y odiosa.

Santos está consolidando su “unidad nacional”, la cual representa lo que Gaitán  llamaba el “país político”, cada vez más distante del “país nacional” que le mira desde abajo con recelo, agobiado por el hambre, el invierno y las inundaciones, la incertidumbre, la pobreza, cansado del guerrerismo, la corrupción, la impunidad y la violencia oficial. En realidad, el actual momento es un momento de avance en todo sentido de las luchas populares, y ante el avance popular, el atractivo del militarismo, del proto-fascismo, retrocede. El pueblo colombiano está identificando con mayor claridad cuales son los verdaderos enemigos que le impiden la vida digna. No es casual que  raíz de las protestas estudiantiles un comentarista dijera que el talón de Aquiles de Santos era la calle[8], el cual es en lenguaje simbólico, la lucha de masas; el 6 de Diciembre lo confirmó.

Reforzar las luchas del bloque popular y la resistencia contra el modelo del despojo

Debemos leer bien el significado de esta importante derrota política de Santos, de esta derrota política para la profundización de la guerra sucia y no descansar en momentos que requieren del esfuerzo de todos los elementos comprometidos para frenar la locura belicista del régimen y para resistir la profundización del modelo económico antipopular que va de la mano del belicismo.

La consigna hoy es la resistencia. Resistencia que no es, como diría algún triste arrepentido al servicio del régimen, un “disfraz de la derrota[9]; la resistencia hoy es la afirmación vital de los oprimidos. Resistir en el campo la “mano negra” que desplaza y asesina para favorecer la concentración de tierras de esa alianza de narcos, ganaderos, latifundistas y agronegocios. Resistir la privatización del área pública de la economía y de los servicios más esenciales del pueblo. Resistir al militarismo que se cuela en cada uno de los rincones de la sociedad y que hoy se cubre con el manto de una impunidad absoluta y por derecho gracias a la ampliación del fuero militar (clamor de los sectores más obscuros del terrorismo de Estado). Resistir por todos los medios la criminalización de los que luchan: no olvidemos a los presos políticos, redoblemos los esfuerzos para que se les respeten sus derechos, para que se detengan las torturas, malos tratos y el asesinato impune en las prisiones. No olvidemos tampoco a las víctimas ignoradas del terrorismo de Estado que se movilizan día a día, enfrentando las amenazas, la muerte y al discurso negacionista oficial.

Apoyemos las iniciativas de lucha popular que ya empiezan a vislumbrarse para el 2012. En Febrero se viene la Marcha Patriótica y todos tenemos que rodearla para garantizarle el máximo de seguridad, y debemos apoyarla políticamente por todos los medios para visibilizar que los campesinos, pese al genocidio, están en pie de lucha. Apoyemos las iniciativas que hoy defienden la educación y la salud, pilares de una vida digna: la MANE y la Campaña Nacional “Salud y Seguridad Social, Derecho Fundamental”. Apoyemos las iniciativas de solución política del conflicto adelantadas por organizaciones como Colombianos y Colombianas por la Paz y defendamos a sus voceros que hoy son blanco favorito de los ataques de la jauría fascista.

Por último, la reciente derrota política de Santos es, en última instancia, sintomática de la derrota de un proyecto político incapaz de seducir al país, incapaz de ofrecer nada más que sangre y muerte a los colombianos. Nuestra fortaleza como movimiento popular debe ser esa capacidad de seducir con una propuesta radicalmente diferente al país, a los sectores populares, a los campesinos, a los excluidos: al calor de la movilización de la lucha, de la resistencia al modelo del despojo y la muerte, debemos oponer un modelo discutido desde las bases, de manera democrática, incluyente, recuperando así los horizontes emancipatorios que han animado más de medio siglo de luchas del pueblo. Ese modelo cualitativamente superior, al servicio de las masas empobrecidas, debe ser el eje de la solución política del conflicto social y armado.

No podemos hacernos falsas ilusiones, porque la lucha por un proyecto verdaderamente popular y libertario, no será una apacible negociación en la cual la oligarquía, que, no ha mostrado en medio siglo la menor voluntad de ceder en lo más mínimo sus privilegios absolutos, súbitamente se iluminará, cambiará de corazón y cederá derechos a los oprimidos y explotados. Por el contrario, será un lucha de dimensiones revolucionarias, que enfrentará la tenaz oposición de quienes se benefician del actual modelo de hambre y guerra, de las reducidas élites enquistadas en las esferas del poder de la última república oligárquica del continente… pero ante un pueblo unido y movilizado no hay tiranía ni ejército que pueda oponerse. La unidad del bloque popular es la única garantía para la victoria de la vida digna.

José Antonio Gutiérrez D.
Diciembre, 2011
NOTAS

viernes, 9 de diciembre de 2011

Fiasco la marcha del Santismo para avalar el exterminio: ni los conversos Petro y Garzón pudieron engañar

Fiasco la marcha del Santismo para avalar el exterminio: ni los conversos Petro y Garzón pudieron engañar

Fiasco la marcha con que el gobierno quería avalar su política: ni los conversos Petro y Garzón pudieron engañar a un pueblo. ¡no salieron ni 10 mil personas en Bogotá, y querían sacar 10millones!

Por Esperanza Sumapaz 


·      Fue un fiasco la marcha del Uribo-Santismo con que el gobierno quería avalar su política del exterminio

La marcha por la guerra del 6 de diciembre 2011, convocada por el estado colombiano, y para la cual se dispuso todo el arsenal, dinero, logística y presiones que puede ejercer el estado y la gran empresa, fue un fiasco total en Colombia: no salieron ni 10 mil personas en Bogotá, y querían sacar diez millones; fueron muy ilusos al imaginar que, pese a toda la ofensiva mediática, el pueblo colombiano iba a caminar a favor del terrorismo de estado, a favor de los bombardeos, a favor de los encarcelamientos masivos, a favor de la continuidad de la herramienta paramilitar que sigue asesinando con la sistemática complicidad del estado, como lo denuncian reiteradamente las comunidades. Como por ejemplo en el caso de la niña indígena de Sibundoy violada y asesinada por la herramienta paramilitar para inyectar terror y desplazar a la comunidad, y los casos de decenas y decenas de jóvenes que son asesinados a manos de la herramienta paramilitar y la fuerza pública, por todo Colombia  (denuncias en Guapi, Cauca (1), denuncias en Antioquia, denuncias en Arauca, en el Caquetá, en el Putumayo (2), en el Magdalena, etc)claro, estos crímenes para la oligarquía y su aparato de propaganda no ameritan siquiera un titular en la prensa, siquiera una reseña, menos una marcha.

·      Continuidad del genocidio perpetrado por la herramienta paramilitar funcional al gran capital, y articulada desde el mismo estado

 Las comunidades del Putumayo y la Comisión Intereclesial de Justicia y Paz denuncian: Más de 10 jóvenes  han sido asesinados en las últimas dos semanas por paramilitares en puerto Caicedo y Puerto Asís. Paramilitares anunciaron a los pobladores que iban a "limpiar" lo barrios (…) El 9 de noviembre fue secuestrada una niña indígena en Sibundoy, dos días después su cuerpo fue hallado sin vida, con signos de tortura y de haber sido accedida sexualmente, fue denunciado por los pobladores (…) En este municipio dos jóvenes indígenas fueron abordados por paramilitares, Jhon Ríos, fue asesinado, mientras David Trochez, logró salvarse. Los paramilitares y agentes de la policía manifestaron a los pobladores que se habían ‘equivocado’, que él que debía ser asesinado era David. De acuerdo con testigos  la planeación de estos crímenes se realiza desde una hacienda ubicada a 5 minutos del fuerte militar  que se encuentra en Santa Ana. Las autoridades no reaccionan y  son cómplices, denuncian sus habitantes: "ellos son la ley no hay nada que hacer"(2)

Evidentemente Colombia vive una situación de terrorismo de estado, y la herramienta paramilitar, rebautizada por Santos -para confundir- BACRIM, sigue en crecimiento: según el informe de noviembre 2011 del Indepaz, ahora la herramienta paramilitar del estado y multinacionales ejerce el ‘control social’ en 347 municipios de Colombia, en claro aumento con relación al año anterior(3)


·      El conflicto en Colombia es social antes de ser armado, por lo que la solución a la desigualdad social es el verdadero camino de paz

El pueblo no salió a marchar en la marcha del 6 de diciembre que el gobierno quería erigir en aval a la continuidad de su política genocida, de eliminar no solamente a la insurgencia sino a toda reivindicación social o política mediante el exterminio, sin entrar en discusión sobre las necesidades que clama el pueblo colombiano. El pueblo quiere es una solución política integral que solucione la raíz de la guerra: la aberrante desigualdad social que hace que Colombia sea el 3er país más desigual del mundo, justo tras Haití. Porque el conflicto en Colombia, antes de ser armado es social.

Como bien lo señaló Piedad Córdoba, la marcha de Santos era una gran operación de propaganda que buscaba imponerse como plebiscito a la continuidad del guerrerismo del gobierno, a la par que busca criminalizar la búsqueda real de la paz, el pensamiento crítico, la reivindicación social:
"La marcha es contra todos los que no estamos de acuerdo con lo que está sucediendo en el país. Contra los que nos levantamos y somos capaces de decir: hay que escuchar a las FARC, hay que escuchar al ELN." (4) 

Acerca de la naturaleza de la guerra en Colombia, que muchos buscan obviar, Piedad expresó:
"Esta no es una pelea de ángeles y arcángeles. Esta es una pelea del establishment  económico del país y del mundo por lograr hacerse con un país, sus recursos y sus gentes, y no le importan las cifras de miseria, de pobreza, de exclusión, o una democracia tan frágil como la que se da en Colombia. Precisamente ese afán se ve reflejado en la nula voluntad política que tienen los estamentos de poder en el país de que realmente se pueda avanzar." (íbid.)


·      Ni los conversos Petro y Garzón pudieron engañar a un pueblo

Ni siquiera las fichas del Uribo-Santismo como el vicepresidente  Angelino Garzón, o el oportunista Gustavo Petro,  lograron engañar a la gente, porque en Colombia ya está muy claro que quiénes votan por el TLC (Tratado de Libre Comercio con EEUU) no son "de izquierda", falta aún hacer claridad a nivel internacional, donde aún hay un amplio espectro de desinformación al respecto (incluso en la izquierda), y aún cuela la guerra mediática que plantea que Garzón y Petro son "izquierdistas" en el gobierno... Sólo unos datos: ambos avalan la “solución del exterminio" de Santos, ‘solución’ que rechaza la izquierda, y ambos avalaron el TLC, ambos son adalides de la privatización; y Petro eligió nada más y nada menos que al procurador Ordóñez quién ha instaurado la inquisición en Colombia. El procurador Ordóñez mantiene a miles de defensores de DDHH, de sindicalistas, estudiantes, sociólogos, maestros presos políticos, y cada día aumentan los encarcelamientos arbitrarios; se trata del mismo procurador que se ensaña contra Piedad Córdoba. En Colombia hay 7500 presos y presas políticas que son testimonio vivo de la intolerancia política que impera en el país: en esa pantomima de democracia que es el estado colombiano, hay un nivel de persecución incluso superior a las dictaduras militares abiertamente asumidas como tales.

Angelino Garzón y Gustavo Petro son fichas santistas, son parte medular de la batalla mediática del régimen para confundir a la población sobre la cuestión fundamental de la falta de libertades políticas en Colombia. Así el régimen aduce que tiene enorme  'tolerancia política'  ya que ‘hasta Angelino Garzón, un ex-sindicalista es hoy vicepresidente’, claro, lo que no dice es que la CUT y sus antiguos compañeros todos lo denuncian por sus políticas contra los trabajadores, es decir por traición política, privatización, recortes de derechos laborales, funcionalidad al régimen del cual oportunistamente forma parte. Lo que no dice el régimen es que Colombia, hoy por hoy, es el país del mundo en que son asesinados más sindicalistas:  el 60% de los sindicalistas asesinados en el mundo son asesinados en Colombia por la fuerza pública y las herramientas paramilitares del régimen y multinacionales, como consta incluso en las confesiones de los mismos paramilitares, y en los juicios adelantados contra Coca Cola, BP, Drummond, etc.

En cuanto a Petro, es otra pieza medular en la batalla mediática del régimen contra la percepción de la realidad: con Petro el régimen aduce que  "hasta un izquierdista, ex-guerrillero es alcalde de Bogotá": claro, lo que no dice el régimen y la propaganda es que  Petro no es  de izquierda, como bien lo denuncia la izquierda; la propaganda no dice que Petro destruyó lo que pudo en el Polo, que Petro votó por el TLC, por el Procurador Ordóñez, por la escalada represiva, etc... tampoco dice que fue parte de una guerrilla llamada M19 que se desmovilizó en Colombia, y que fue víctima de exterminio de sus miembros una vez desmovilizados:  hombres y mujeres desarmados y reinsertados fueron asesinados por las herramientas de exterminio del estado (las legales y las paramilitares), sobrevivieron unos pocos, los que se exiliaron, los que volvieron a la clandestinidad, y también los que se edulcoraron lo suficientemente en las ideas y abandonaron la reivindicación política, y sobretodo los conversos, es decir aquellos Petro's, o Navarro's Wolf funcionales al régimen. 
Pues bien, ni con la ayuda de los conversos, la marcha pudo ser el plebiscito a la política guerrerista del gobierno que planeaba el uribo-santismo. No salieron ni 10 mil personas a marchar en Bogotá. Más clara no podía ser la respuesta del pueblo colombiano ante la política de exterminio que pretende imponer Santos. 

Notas:

(1) "Fue un asesinato premeditado(...)  La gente  indignada por el atroz crimen salió espontaneamente a protestar contra las permanentes amenazas de muerte de parte de la Policía contra los jóvenes de Guapi, sobre todo a los que no se han dejado reclutar por las bandas paramilitares(...) manifiestan que es sabido en Guapi que el teniente Pino se reúne con los paramilitares en el sitio conocido como la Ele, ubicado en el barrio las Flores. Como se ha denunciado de manera constante, sectores de la policía y el ejército de Guapi, tienen una alianza con paramilitares de los Rastrojos y las Águilas Negras que actúan en la impunidad en la cabecera municipal, organizaciones que controlan el negocio del narcotráfico en la región."
(2) informe Putumayo:
Las autoridades no reaccionan y  son cómplices, denuncian sus habitantes: "ellos son la ley no hay nada que hacer"

(3) El Indepaz -que para nada es de izquierda, pero que ante la evidencia debe reconocer el avance paramilitar-, en su informe de noviembre 2011: “al terminar el año 2011 se puede estimar un avance en su cobertura territorial, que ya supera 347 municipios de 31 departamentos”.  http://www.indepaz.org.co/attachments/692_Sexto%20Informe%20sobre%20Paramilitarismo%202011%20-%20Indepaz.pdf

(4) Piedad Códoba:  "La marcha es contra todos los que no estamos de acuerdo con lo que está sucediendo en el país. Contra los que nos levantamos y somos capaces de decir: hay que escuchar a las FARC, hay que escuchar al ELN." http://www.rebelion.org/noticia.php?id=140680&titular=piedad-c%F3rdoba-acompa%F1%F3-en-madrid-a-remedios-garc%EDa-y-leyla-ord%F3%F1ez-v%EDctimas-de-la-guerra-

Para información más amplia sobre lo que subyace al asunto de la marcha y sobre la necesaria búsqueda de la paz con justicia social, que no pasa por marchas guerreristas, sino por cambios estructurales, y reforma agraria: