Pres@s polític@s

Presa política denuncia que ejército torturó y asesinó a su padre, y se declara en Ruptura


MARINELLY HERNÁNDEZ OROZCO, PRISIONERA POLÍTICA DE GUERRA, SE DECLARA EN RUPTURA ANTE EL JUEZ PENAL DEL CIRCUITO ESPECIALIZADO DE QUIBDO. 


Por Traspasa los Muros.


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El pasado 6 de abril de 2011, MARINELLY HERNÁNDEZ OROZCO, insurgente de las FARC –EP y Prisionera de Guerra del Estado Colombiano, fue conducida por el INPEC a la audiencia pública citada por el Juez Penal del Circuito Especializado de Quibdo, dentro del proceso No. 2010002000.
MARINELLY, de 33 años de edad, miembro de una familia humilde y campesina de la vereda Agua Bonita del Municipio de San Rafael (Antioquía), luego de ser presentada en audiencia manifestó al juez que se “declaraba en ruptura”, por considerar la inexistencia de garantías al debido proceso y por desconocer como autoridad al estado colombiano, procediendo a entregar un escrito en el que sustentó su declaración y renuncio a cualquier tipo de defensa, manifestando textualmente “NO NECESITO NINGUNA DEFENSA, PUES NO HE COMETIDO NINGÚN DELITO, ME DECLARO EN RUPTURA CON EL ESTADO COLOMBIANO Y SUS LEYES ANTI POPULARES E INJUSTAS, HE SIDO UNA LUCHADORA DEL PUEBLO”.
En su narración, MARINELLY declaró que durante su niñez vivió en carne propia las continuas agresiones y persecuciones que el Ejército Colombiano desató contra sus padres y todo el campesinado de su región por el solo hecho de pertenecer a la Unión Patriótica (UP), y en su adolescencia fue testigo de múltiples asesinatos de campesinos, amigos, vecinos y familiares, cuyos cuerpos eran abandonados con señales de tortura o desmembramiento… “Todo esto fue parte de la guerra sucia y psicológica que implementaron para asustar a los luchadores populares. ¿Acaso con todas estas vivencias que era el diario vivir, puede un niño o joven creer en un Estado o alguna justicia?”, asintió la prisionera, quien atribuyo tales crímenes la Policía, el Ejército y grupos paramilitares, y a manera de ejemplo, citó la masacre en el Río Nare donde “el Capitán Martínez con sus tropas ingresaron a unas minas de oro donde se encontraban los campesinos sacando el mineral y un día antes, lanzaron panfletos diciéndoles que desalojaran, y al otro día entraron con motosierras y hachas, amarraron a los trabajadores en cadena y delante de ellos iban soltado de uno en uno, sin asesinarlos, les quitaban los brazos, las piernas y luego de cada persona recogían un solo brazo, una sola pierna y un montón lo tiraban al río y otros a los huecos de las minas y otros los dejaban para que las aves se los comieran”.
La prisionera reveló que las acciones y violaciones del Estado Colombiano contra el Pueblo le indicaron el camino que debía seguir de lo contrario “terminar masacrada, torturada o discapacitada por ser ejemplarizada como quedan muchos campesinos, sin tener nada que ver con el conflicto, o terminar siendo desplazada y viviendo de las limosnas en las ciudades”; por lo que a la edad de 14 años, con una madurez lograda por tales violaciones y entendiendo que “por la vida no hay respeto y que sólo existe el símbolo de la vida”, ingresó a las FARC, considerando esta como su “única alternativa o forma de preservar la vida, luchar por ella y reclamar nuestros derechos”.
En su relato MARINELLY denuncia que como represalia por haber ingresado a las FARC, en el año 2000, el ejército en contubernio con los paramilitares asesinó a su padre… “a mi único hermano también adolescente, le toco desaparecer, ni siquiera pudo darle sepultura a nuestro querido padre… Nuestro padre se llamaba HÉCTOR ALONSO HERNÁNDEZ, el Ejército colombiano, en unión con los paramilitares lo colgó vivo de sus manos introduciendo ganchos en sus extremidades como si fuera carne de carnicería, luego le chuzaron el estómago y todo su cuerpo con una navaja o cuchillo, después arrollaron sus labios como se les taja a los pescados, por último, le dieron un tiro de gracia en su cabeza; según medicina legal o quienes practicaron el levantamiento, a nuestro padre lo torturaron vivo. Mi papá tenía 70 años de edad, ¿Cómo es posible que hagan eso con un anciano, tildándolo de guerrillero? Acaso por yo ser revolucionaria ¿Tenían que cobrarlo con la vida de mi padre?, entonces, ¿Qué diríamos de todos los senadores juzgados por parapolítica? ¿Que todas sus familias también tendrían que estar en las cárceles o deberían ser torturadas y sometidas a vejámenes contra la humanidad?, cobardes los que torturan y dan positivos con los campesinos y las personas indefensas”.
Después de 16 años en las FARC, MARINELLY fue apresada, dice que le han atribuido un sinnúmeros de delitos de los cuales no es responsable, a pesar que fue captura en condición de rebelde, siendo sometida a 3 juicos, condenada en 2 de ellos y procesada actualmente por los delitos de rebelión, terrorismo, homicidio, entre otros, según sus propias palabras “repitiéndose la misma dosis que en los anteriores juicios para justificar una nueva condena que legitime la cadena perpetua de hecho que se acostumbra imponer a las y los prisioneros políticos en Colombia”, causándole hilaridad que a mujeres como ella las llamen a juicio por terroristas, mientras que “el actuar terrorista ha sido bandera de los gobiernos durante los dos últimos siglos, pero que en estos últimos años han pasado de la acción velada, a la acción descarada del ejército colombiano que con una actitud real de terror cambia como el camaleón, no de color sino de pelambre y en las noches combina brazaletes, filosos machetes y motosierras, para luego, en la mañana, de nuevo convertirse en “glorioso Ejército de Colombia… Tengo que denunciar el innoble papel que juegan jueces y fiscales judicializando a campesinos en masa por el único delito de vivir en zonas alta influencia del conflicto armado…Cómo llamarle sino ¡TERRORISTA! a un Estado que castiga con el hambre y el olvido a su pueblo y que producto de ello mueren gran cantidad de niños en total olvido”, concluye la prisionera.
Luego de hacer un recorrido estadístico sobre los altos niveles de pobreza y desigualdad en Colombia y las prioridades de los gobiernos en hacer la guerra mediante practicas de lesa humanidad como las 3.000 ejecuciones extrajudiciales consumadas dentro del periodo presidencial de Álvaro Uribe, el despojo de la tierra al campesinado y su acumulación en pocas manos como principal causa del empobrecimiento de treinta millones de los 42.888.592 habitantes que, “según las cifras oficiales” tiene Colombia, MARINELLY, afirma que “es impensable una solución a los profundos problemas económicos, políticos y sociales del país si se sigue bajo la tiranía de un régimen que persista en las políticas de ruina para el campo y dentro de la misma dinámica, empuja a la miseria a las mayorías nacionales… el pueblo colombiano está gobernado, desde sus diferentes estamentos, por bandidos, que en las más diversas ramas, han recurrido a crímenes de lesa humanidad para perpetuarse en el poder”.
Así, señala que en los procesos políticos, al que son sometidas las y los revolucionarios en Colombia, se aplica una “justicia de venganza privada con uso de las figuras públicas por parte de una clase dominante” que impone altas penas privativas de la libertad, citando al guerrillero JACOBO ARENAS quien, según la fuente, dijo: “en Colombia hay dos poderes: el uno es el poder formal, como quien dice, el poder que se nos presenta en unas determinadas formas como por ejemplo, los llamados poder ejecutivo, poder legislativo y el poder judicial; este es el poder formal que no decide nada porque en las condiciones de hoy es como digamos algo decorativo, sujeto al verdadero poder”.
Finalmente, la prisionera de guerra deja claro que para ella el aparato de justicia en el conflicto colombiano es una contundente arma del gobierno, por lo que rechaza los supuestos beneficios o pactos que le ofrecen, afirmando “asumo todos los procesos a los que he sido sometida, incluyendo el presente, no pretendo un trato benévolo, conozco claramente la política de cadena perpetua fijada para las y los prisioneros políticos, hagan lo que tengan que hacer, no me preocupo, porque la historia me absolverá y la justicia revolucionaria condenara a quien como ustedes se levantaron contra su pueblo…Señor Juez, no tiene usted autoridad moral para juzgarme, ni usted señor fiscal para acusarme, se equivocaron si piensan que he venido a renegar de mi organización y mi partido, pues aún padeciendo los sinsabores de los 40 años a los que he sido condenada con anterioridad y de los últimos acontecimientos me ratifico ¡ORGULLOSA FARIANA Y EN LA BÚSQUEDA DEL HOMBRE Y LA MUJER NUEVA!, capaz de generar los cambios que garanticen el desarrollo de una vida digna en todos los campos de la producción, desarrollo que con el actual sistema capitalista no está en capacidad de otorgar, pues sus fines son contrarios a mi sentir por lo que lo combato y lo combatiré… Desconozco el Estado que me juzga y mantiene prisionera, sólo reconozco para mi juicio los documentos farianos, por ser la única institución que respeto y por la que llegaría sin duda al sacrificio. De la misma manera, el único Estado que respeto, amo y reconozco es el ESTADO MAYOR CENTRAL DE LAS FARC-EP y su Secretariado, enarbolando la espada y el pensamiento de nuestro libertador Simón Bolívar, nuestro padre espiritual, por la definitiva independencia y la construcción de la patria grande y el socialismo, hemos jurado vencer y venceremos!!!”
Con estas palabras MARINELLY HERNÁNDEZ OROZCO, convidó al juez a no requerirla a futuras audiencias y a no nombrarle abogado para su defensa, pues como iniciamos este artículo, considera no tener nada de que defenderse por no ser responsable de ningún delito.
Mientras tanto, desde la Reclusión de Mujeres de Medellín, MARINELLY espera el desarrollo del conflicto colombiano, en sus palabras, “con la cabeza y la moral revolucionaria en alto” insistiendo en citar a su camarada Jorge Briceño al decir “En las FARC no tenemos almas de traidores, sino de patriotas y revolucionarios, hemos luchado y continuaremos haciéndolo con valor, entrega y sacrificio por derrocar este régimen podrido de las oligarquías y construir otro orden social”.
Este es el caso mas significativo de ruptura que durante la ultima década se haya presentado, pues representa a miles de hombre y mujeres que en sus edades de mayor grado de productividad son sometidos a cadena perpetua en lo real, quedándoles como única esperanza para recobrar su libertad la salida política al conflicto o un eventual intercambio humanitario.
Abril de 2011

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Diomedes Meneses, preso político torturado por el estado colombiano: lo dejó en silla de ruedas, le sacó un ojo y le niega asistencia médica

Entrevista a Diomedes Meneses, transcripción y contexto Apcrítico
Diomedes Meneses, preso político torturado por el estado colombiano: lo dejó en silla de ruedas, le sacó un ojo y le niega asistencia médica
Esta entrevista* es un testimonio de la tortura que impera en las cárceles colombianas, la tortura es empleada contra los presos políticos de guerra y contra los presos políticos civiles, se estiman en al menos 9.500 los presos políticos en Colombia, a julio 2012.

Diomedes Meneses, preso político torturado por el Gaula (ejército), es hoy empujado a la muerte por tortura de negación de asistencia médica, por el INPEC (Instituto Nacional Penitenciario), desde hace más de dos años viene siendo privado de la debida asistencia médica, y su organismo padece de una infección que cada día lo lesiona más profundamente. Su caso es ilustrativo de la tortura que sufren las y los más de 9.500 presos políticos en Colombia. VIDEO testimonio de Diomedes Meneses:http://blip.tv/cocalo/diomedes-3393961 (se ruega adjuntar video a la publicación del texto)
Diomedes Meneses fue brutalmente torturado por el Gaula, y hoy sigue siendo torturado: por más de dos años una bacteria corroe su humanidad (…) Iguales circunstancias padecen miles de presos que son desatendidos en las prisiones colombianas, lugar donde se tortura sistemáticamente, incumpliendo el Estado colombiano sus obligaciones constitucionales de respetar el DIH, los derechos humanos” [1], denuncia el Comité de Solidaridad con los Presos Políticos (CSPP). Diomedes ha sido víctima de torturas por parte del estado colombiano, quién le sacó un ojo con un puñal, e intentó asesinarlo en repetidas ocasiones, “utiliza silla de ruedas debido a la paraplejia ocasionada por las torturas propinadas por funcionarios del Gaula” [Ibíd.]
Entrevista a Diomedes Meneses, Transcripción pensamiento crítico*
A continuación la transcripción de la entrevista a Diomedes Meneses Carvajalino, preso político y de guerra.
“El 25 de mayo de 2002, un sábado, me encontraba con un compañero, Boris, en un caserío llamado El Gramal, eran las 15h00 aproximadamente cuando llegaron 42 miembros del Gaula -yo pertenezco al Ejército de Liberación Nacional, ELN-. Nosotros nos encontrábamos de civil, y cuando ellos llegan nos comienzan a disparar.
No tenía el arma en uso, la tenía guardada, yo estaba en la esquina de una tienda (…) Me propinaron este disparo en la ceja y caí al piso, mataron al otro compañero, me propinaron otro disparo explosivo en el abdomen (a quemarropa) (…) me desarmaron y luego se alejaron unos 7 metros de distancia y me lanzaron una granada de mano, la granada me levantó como 2 metros del suelo. Después llegaron y viendo que todavía estaba vivo me agarraron a patadas y culatazos, me partieron esta pierna, la derecha, a punta de culatazos de fusil. Me daban con el cañón en la cabeza. Me dieron patadas, puños, culatazos de fusil, me insultaban, me preguntaban dónde estaban los demás compañeros (…) Cuando la granada detonó me reventó por dentro y me puso a vomitar sangre por la boca, por los oídos, por los poros, pero a ellos no les importó, ellos me siguieron golpeando. Un soldado llamó al Cabo Salazar, recuerdo bien su nombre, le dijo ‘este hijo de… no quiere hablar’ entonces el otro dijo ‘ahora habla por las buenas o por malas’ entonces ese soldado me puso la bota sobre la mano izquierda y el Cabo sacó un puñal y me chuzó todos los dedos, me iba preguntando y me iba clavando el puñal. Entonces me quitaron la bota de la pierna derecha y me sacaron uña por uña todas las uñas de los dedos del pie, y así siguieron con el otro pie. Luego se me vino encima y me agarró del cabello y me estrellaba contra el piso, y me colocó la punta del puñal en el ojo izquierdo y dijo que ‘hablaba por las buenas o hablaba por las malas’… Me hizo tres lances interrogándome, al cuarto lance me pinchó el ojo izquierdo, y yo sentí como me bajaba la retina… Perdí el ojo sí… esto es una prótesis ocular. Yo ya había botado mucha sangre, estaba lleno de esquirlas por todo el cuerpo, entonces el Cabo llegó y me degolló, y yo perdí el conocimiento.
En la prensa resulto ya en la bolsa de polietileno [dónde el estado pone a los muertos]. Me trasladan a la quinta brigada y luego a la Morgue. En la morgue duro 2 días hasta que me van a hacer la autopsia, me abren desde el hueso esternón hasta la pelvis y se dan cuenta de que estoy vivo porque boté calor, y entonces el médico que estaba haciendo el procedimiento se dio cuenta de que estaba vivo. Pero no me querían dejar salir, decían que no, que continuara que yo ni siquiera me había movido… pero otro llamó a los derechos humanos. Entonces me llevaron al hospital Ramón González Valencia, me pusieron choques eléctricos, entré en coma intenso, me metieron un ventilador a los pulmones porque no respiraba, sufrí de algo que se llama catalepsia, o sea estaba muerto pero estaba vivo. Duré 2 en la morgue y 13 días en el hospital, en catalepsia, y a los 15 días me despierto. Me suben al 6to piso. Al mes y medio el Gaula me hace un atentado antes de que yo hablara, porque yo aún no podía hablar por lo del tubo de respiración. Me hacen un atentado, se metieron 3 en la habitación y quedó uno en la puerta, uno de ellos sacó una jeringa de un bolso, pero en eso llegó un guardián, y guardó la jeringa, sacaron una cámara y dijeron que venían era a sacarme fotos y se identificaron como del Gaula con unas placas. El guardián le dijo que ya me habían tomado más de 500 fotos (…) El segundo atentado fueron 2 hombres del DAS vestidos de la electrificadota, pero el guardián los reconoció, le preguntaron dónde quedaron los contadores, y él les dijo que si eran de la electrificadora cómo es que no sabían dónde quedaban los electrificadores y les dijo ‘yo sé quienes son, no lo mataron cuando tuvieron la oportunidad, y ahora no lo van a poder matar porque está bajo custodia, y si le van a hacer algo me tienen que hacer algo a mi’. Ese comandante (guardián) ya está muerto… se cayó de una garita de la cárcel La Modelo y se mató…(…)
Luego me tenían que cambiar de clínicas y de hospitales, y apenas hablé puse la denuncia en la Fiscalía. Claro cuando pude hablar los denuncié pero en el estado colombiano no se ha hecho justicia. La denuncia está con nombres, apellidos, con número de cédula, con todo: son miembros activos del Gaula. Me intentaron comprar con cierta cantidad de plata; les dije que el dinero no valía mi salud, mi pierna, etc… A mi me trajeron con 36 compañeros sin camisa, en pantalonetas, descalzo. Estoy condenado por ‘tentativa de homicidio’ pero no sé de qué tentativa se trata porque yo no les disparé, ni siquiera llegué a usar el arma. Me condenaron por rebelión y por tentativa de homicidio a 22 años de cárcel, apelé y me quedó en 17 años. (…)
Duré 97 días en la celda con un compañero que padece de un cáncer terminal y me ha ayudado siempre a moverme, a bañarme, etc; pero estando el ausente yo llamé al enfermero pero estaba muy ocupado… intenté pasarme de la cama a la silla solo y se le corrió la silla y me partí el fémur derecho. Estoy en silla de ruedas con una bolsa de colostomía para hacer del cuero, y casi no comía… Se ganó con los derechos humanos que me dieran una comida alta en proteínas, pero resulta que me estaban dando era de la misma que a todos, era un cuento. En ese sistema de hospital a cárcel, los compañeros presos políticos fueron muy solidarios conmigo (…) Tenía bolsa de colostomía y me metían una sonda por el prepucio para orinar. Los compañeros presos políticos sacaban la bolsa y la lavaban en el baño, para el baño corporal me bañaban con cuidado en una silla plástica, yo no podía mover ni las manos (…) poco a poco ya tengo fuerza en las manos, la idea es recuperar las piernas… Cuando me cambiaron de cárcel de La Modelo a esta me partí una pierna, luego por la ampolla no he podido colocarme la férula, y lo otro es que aquí no hay fisioterapeuta.(…)
En esta cárcel han venido tomando una represalia política en mi contra (…) hay puros paramilitares y hombres del Gaula, pero nos dieron a ‘escoger’ a los presos políticos entre los calabozos y el patio paramilitar (…) Me roban, me hacen caer de la hamaca, me golpearon… me habían soltado la hamaca y me caí y me golpeé muy fuerte en el piso, la cadera y la columna. Porque en un patio de esos… saben mis limitaciones físicas y saben que yo soy un preso político, y ahí hay ejército, hay Gaula, hay paramilitares… Me intentaron envenenar, pero lo único que me causó fue una fuerte infección en el estómago que me causó una diarrea de esas que uno no alcanza ni a decir ‘compañero páseme al baño por favor’ porque ya está uno sucio… Mi seguridad no la está cuidando nadie, mi seguridad la estoy cuidando yo mismo. Lo otro es que en la comunidad dónde estoy [en la que no hay presos políticos, sino paramilitares] me toca pagar si me quiero bañar, para que me bañen… Porque el compañero preso político que me estaba colaborando tiene un cáncer terminal, un linfoma Hodcking, y ya no me puede colaborar, antes si me ayudaba en todo… Ahora yo tengo que lavar la ropa, reclamar la comida… A veces duro varios días sin poder bañarme porque no cuento con los recursos suficientes. Lo otro es que lo lleven en remisión a uno, y nos toca dormir en el suelo…
Me están doliendo las piernas, ya no me las soporto, no puedo dormir tranquilo, no puedo comer tranquilo, no puedo estar tranquilo en el día porque el dolor no me deja; por eso me cambiaron a morfina pero no me calma el dolor.
Yo quiero es que se haga justicia porque están los 15 nombres de los que me torturaron a mi, están con número de cédula, nombres y apellidos, entonces por qué no han hecho justicia. Y lo otro es que me miren a mí: ¿me consideran acaso peligroso para ponerme en una cárcel de estas que es de ‘alta peligrosidad’? Miren como estoy yo… si me agarran y me bajan y me botan ahí [patio], ahí me toca estarme, porque si no viene nadie que me recoja y me ayude a montarme a la silla, ahí me toca estarme, y si duro días ahí pues me toca orinar ahí, y hacer del cuerpo ahí porque para dónde voy a coger? ¿Por qué tanta represión, tanta persecución política?
El fiscal es conocedor de mi situación, yo se la día conocer. La jueza especializada Nelly Vallejo no tuvo en cuenta mi condición, no sé qué se trae ella contra los presos políticos. No pasó la demanda para que la pasaran a la fiscalía y estaba el procurador y el fiscal ahí, y no pasaron la demanda. A ellos no les gusta que se hable de estos temas.
Sí hay persecución y bastante. Persecución y tortura. Hay tortura, tortura sicológica, verbal, me insultan. Que tengan en cuenta el cómo estoy y que por qué me niegan los beneficios (subrogados). ¿Por qué tengo que estar en esta cárcel de alta seguridad?
Nos obligaban a inyectarnos con la misma jeringa. Uno llega aquí co dolor y lo único que hacen es meterlo a uno en una celda. Uno requiere servicio médico y no le dan nada. Lo dejan a uno muriéndose del dolor. Antes de que llegaran ustedes estaba que lloraba, que gritaba del dolor, desesperado, yo no tengo tranquilidad ni para comer ni para dormir, por el dolor tan penetrante… No nos dan los medicamentos.(…)
Nos sacan a las 5 de la mañana de la celda y hasta las 18h00 no podemos volver a ingresar a la celda, y para mi situación es muy duro, al menos si me acuesto, duermo un rato… y como por el dolor no duermo casi en la noche, pues me da sueño de día y no puedo acostarme… y todo el día sentado, es por eso también que se me hinchan los pies.
De mi familia no sé nada desde hace bastantes años, no sé si están vivos si están muertos, no sé si mis hermanos están bien, si nacieron más niños, si tienen mujer… no sé nada…

NOTAS:
* La tortura es empleada contra los presos políticos de guerra y contra los presos políticos civiles, se estiman en al menos 9.500 los presos políticos en Colombia. Esta entrevista fue realizada por el CSPP en marzo 2010 y transcrita por el equipo de Pensamiento Crítico (Apcrítico) en 2012. Constituye un documento importante dada la contundencia del testimonio, que ha logrado sortear la censura carcelaria. Este testimonio cobra mayor relevancia dado que la tortura de negación de asistencia médica se ha instalado como un dramático sistematismo contra los presos políticos. La situación de Diomedes se ha empeorado, y sigue la negativa de asistencia médica como forma de tortura contra él y miles de presos políticos.
[1]http://www.comitedesolidaridad.com/index.php?option=com_content&;view=article&id=559:despues-de-dos-anos-diomedes-meneses-carvajalino-continua-sin-recibir-atencion-medica-adecuada&catid=23:comunicados&I
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Entrevista en VIDEO testimonio de Diomedes Meneses: http://blip.tv/cocalo/diomedes-3393961