jueves, 31 de mayo de 2012

El holocausto de una familia de líderes obreros a manos de la herramientas paraestatales. Entrevista a Carmen Mayusa, dirigente de Anthoc


Carmen Mayusa, de Anthoc, cuando hablaba con PARÉNTESIS. (Foto: Alex Franco).
 El holocausto de una familia
 de líderes obreros

Por Luis Alfonso Mena S. (*)
Cuando los más de 250 asistentes al Tribunal Mundial de Libertad Sindical terminaron de escuchar el testimonio de vida y de lucha de Carmen Mayusa, dirigente de la Asociación Sindical Nacional de Trabajadores y Servidores Públicos de la Salud, Anthoc, automáticamente se pararon de sus butacas y durante largo rato le rindieron un homenaje permaneciendo de pie y batiendo sus palmas.

La emoción embargó a los delegados de las 81 organizaciones sindicales del país congregados en el auditorio de la Facultad de Derecho de la Universidad Nacional: muchos se preguntaban cómo podía resistir una mujer la pérdida de cuatro hermanos, asesinados por paramilitares, lo mismo que el encarcelamiento propio y de una hermana con su pequeño hijo de año y medio de edad durante 25 meses y seguir firme para contar su historia de sacrificio.


En 1992 se inició su odisea, cuando le desaparecieron a un hermano, continuó en 2003, año en el que otro hermano sufrió similar crimen. El 13 de diciembre de 2003, paramilitares del Meta entregaron el cadáver de éste, descuartizado, en bolsas de basura.

En 2004, Luis Mayusa, uno de los fundadores de la Central Unitaria de Trabajadores, CUT, fue detenido en el departamento de Arauca y liberado cuatro meses después. Sin embargo, el 8 de agosto de 2008 fue asesinado.

Lenin Mayusa, su cuarto hermano, también fue asesinado. Ello ocurrió el 31 de diciembre de 2010 en el municipio de La Unión, departamento del Valle del Cauca. PARÉNTESIS habló con Carmen Mayusa.

--Usted ha hecho unas denuncias muy graves en el Tribunal Mundial de Libertad Sindical sobre la forma como el Estado y paraestatales han, prácticamente, desaparecido a su familia por ser dirigentes sindicales y sociales…
--El Tribunal Internacional sobre Libertad Sindical debe de conocer verdades ocultas en Colombia, porque sabemos plenamente que la persecución a la dirigencia sindical, la masacre al movimiento sindical se esconde en Colombia. Los gobiernos tradicionalmente han venido engañando al mundo entero diciendo que en Colombia no se violan los derechos humanos de los sindicalistas y, mucho menos, que los asesinan o los persiguen. Pero nosotros tenemos que ratificar una vez más que la persecución y el exterminio de la dirigencia sindical es latente en nuestro país. El caso mío es uno de los tantos que han existido en Colombia, porque a la dirigencia sindical no solamente se le asesina un líder sino que se le extermina su núcleo familiar en muchas de las ocasiones, y en mi caso he tenido asesinados ya cuatro hermanos dirigentes sindicales y sociales de la izquierda, reconocidos en el departamento del Meta  y en Colombia, porque mis hermanos han hecho un trabajo en defensa de los derechos humanos y en defensa de la libertad de expresión sin temor a equivocarme, en defensa de las luchas de las clases marginadas en Colombia, en defensa de los trabajadores y en defensa del campesinado, en defensa de las libertades de opinión. Por eso hemos sido estigmatizados, hemos sido vilmente acribillados por fuerzas oscuras del Estado y hemos sido víctimas de los falsos positivos.

--No sólo ha sido víctima del exterminio de su familia sino que usted estuvo detenida…
--Nosotros fuimos detenidos casi toda la familia con una hermana, Nieves Mayusa,  su niño de tan solo 18 meses, a quien cariñosamente lo llamamos el ex presidiario, porque tuvo que pagar cárcel junto con su madre durante 25 meses y siete días en El Buen Pastor, por culpa de un falso positivo judicial que inventaron, que montaron las fuerzas oscuras del Estado. Lamentablemente el señor fiscal Óscar Toro Lucena nos señaló y ordenó nuestra captura y nuestro enjuiciamiento, pero por fortuna la solidaridad del pueblo colombiano y sus diferentes organizaciones sindicales, políticas y sociales nos acompañaron y el mundo entero se manifestó contra la arbitrariedad que se cometía, contra ese encarcelamiento y ese enjuiciamiento y hoy por hoy contamos con una libertad absoluta por la solidaridad que tuvimos de los trabajadores colombianos y del mundo entero.

--¿Cuáles son las perspectivas de la lucha, sobre todo en el sector de la salud?
--Creemos que en este momento lo más importante es unificar el esfuerzo de todos los trabajadores colombianos en contra de la tercerización laboral, para algún día, más cercano que lejano, contar con que en las entidades del sector de la salud todos nuestros compañeros trabajadores sean vinculados realmente a las plantas de cada una de las entidades y que gocen del respeto a sus derechos laborales como hemos venido luchando nosotros por más de 30 años.

-- Hemos notado que hay una gran presencia de mujeres, especialmente del sector de la salud. ¿Se ha elevado el nivel de combatividad en la mujer en Colombia en el sindicalismo?
-- Nosotros consideramos que las mujeres colombianas hoy tenemos sobre nuestros hombros la responsabilidad de sacar adelante el futuro de nuestras familias y por eso cada día nos vestimos de más fortaleza y decisión combativa para defender el futuro del pueblo colombiano.

(*) Director del periódico PARÉNTESIS, de Cali, Colombia.

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